La sopa de miso es un plato fácil de preparar y un básico en la dieta japonesa. De hecho, en Japón se come en todas las comidas, incluso en el desayuno tradicional. En esta ocasión, la vamos a maridar con nuestros Rollitos primavera. El resultado, una cena o almuerzo muy completo, ligero y, claramente, con acento oriental.
Para esta receta necesitaremos hacer o comprar un caldo dashi (o ichibandashi), que es la base de este plato, como lo es de muchas otras especialidades y aliños de la cocina nipona. El dashi es un caldo claro elaborado con alga kombu o kelp y copos de bonito seco (katsuobushi). Aunque parezca muy exótico, es fácil encontrar estos ingredientes en tiendas especializadas y algunos supermercados con zona de comidas internacionales, donde podremos conseguir caldo dashi instantáneo en polvo (dashinomoto).
Por otro lado, el segundo ingrediente clave es el miso. Este producto está elaborado a base de una pasta de habas de soja hervidas a las que se añade sal y kôji (arroz, trigo o cebada malteados que actúan como un fermento). Según el tipo de kôji empleado, el miso será de un tipo u otro: miso blanco, rojo o marrón… Pero para la sopa de miso se utiliza sobre todo el miso blanco, porque al contener arroz aporta un sabor más suave y menos salado.
Conociendo ahora algo más sobre la sopa miso, veamos cómo elaborarla y combinarla con nuestros Rollitos de primavera. Eso sí, en una versión más rápida y fácil, como nos gusta proponer desde Maheso, porque queremos que pases menos tiempo en la cocina y más saboreando nuestras especialidades.