La cocina árabe es rica en sabores, en texturas, en ingredientes. Con muchos puntos en común con las recetas mediterráneas, el ajo y los lácteos son materias primas muy frecuentes en sus elaboraciones culinarias, dos ingredientes con los que se realiza una de las salsas más conocidas de la cocina del Medio Oriente: la salsa tarator (también conocida como taratur, o salsa de ajo).
No existe mucha literatura sobre esta receta, no en vano, se trata de una salsa de la cocina popular libanesa, quizás algo occidentalizada. Es muy nutritiva, muy fácil de preparar y bastante versátil. Y es que, es la típica salsa que saboreamos con el kebab, el shawarma, el falafel y otras elaboraciones tradicionales de la cocina árabe.
Es una salsa que puede llegar a confundirse con la salsa de yogur o tzatziki, elaborada con pepino, yogur, ajo, menta y aceite de oliva virgen extra. En este caso, sin embargo, la taratur no lleva AOVE y sí otro ingrediente muy común en la cocina árabe, como es el tahini o pasta de sésamo.
El resultado, en todo caso, es una salsa refrescante y perfecta para dipear y para combinar con el típico falafel, pero también con pescados, carnes, verduras rebozadas, incluso con nuggets, con croquetas o con las pechugas estilo Kentuchy de Maheso. La mezcla será explosiva: el crujiente del pollo estilo Kentucky con la salsa y ese toque de ajo, limón y sésamo… ¡Delicioso!
Veamos cómo se elabora esta sencilla receta.