En España la hostelería es uno de los sectores más importantes y que más empleo genera. Bares, restaurantes, cafeterías o heladerías son establecimientos elegidos con frecuencia por emprendedores que buscan un nuevo futuro. Pero no siempre puede funcionar. Para que un negocio de hostelería funcione se ha de montar siguiendo unos pasos fundamentales, y se debe mantener, de igual forma, siguiendo unas directrices muy claras.
Aquí vamos a dar algunas claves para emprender, para empezar a montar un negocio de hostelería. Solo son las bases para empezar una aventura que puede ser realmente intensa, emocionante y enriquecedora. Veamos qué pasos hay que empezar a dar.
Los primeros pasos. La ubicación
Dicen los expertos, que la ubicación del local es una de las claves del éxito. Por lo tanto, antes de nada, hay que buscar la mejor ubicación posible para el negocio que se va a abrir. Para ello, es necesario asegurarse muy bien del concepto de establecimiento, de qué se quiere ofrecer, a quién y cómo. Es fundamental para así buscar una ubicación que encaje con el modelo de negocio de hostelería.
Seguidamente, lo prioritario y principal es informarse sobre las condiciones de apertura, para saber si es viable abrir el negocio en esa ubicación.
Conocer los permisos necesarios
Como para cualquier actividad económica, hay que informarse de los trámites oficiales que son necesarios para abrir un bar, cafetería o restaurante. Lo imprescindible es dar de alta la sociedad en la Seguridad Social y en el Registro Mercantil, además de firmar la escritura pública de constitución.
Sin embargo, los negocios de hostelería tienen algunas peculiaridades que requerirán de más pasos. Así, es necesario ir al ayuntamiento e informarse bien de los permisos y licencias de apertura, así como pedir información sobre licencias de obras o cómo registrar marcas o nombres comerciales.
También hay que tener en cuenta todo el tema de horarios, permisos de terraza, limitadores de sonido, salida de humos, permisos y licencias de actividad, etc.
Elaborar un plan de negocio
El plan de negocio o plan viabilidad es algo necesario y muy recomendable para desarrollar cualquier proyecto. Se trata de un estudio donde reflejar las fortalezas y debilidades del negocio para desarrollar la estrategia comercial. Este plan incluirá desde la definición del público, al concepto, la oferta, el diseño, la comunicación y marketing, etc.
El primero de los puntos, sin embargo, de este plan, debe ser el estudio de mercado, es decir, una radiografía de la competencia, del entorno y de las condiciones en las que va a competir el bar, cafetería o restaurante. En este estudio de mercado se estudian aspectos como la ubicación, las instalaciones (potencia eléctrica, accesos, instalaciones para minusválidos, etc.), la competencia, los perfiles de la clientela…
Con estos datos se puede realizar un análisis DAFO, donde reflejar las fortalezas y debilidades del proyecto.
Este plan de negocio tampoco puede olvidar algo tan básico como definir la estrategia comercial: qué productos vender, qué estilo de oferta gastronómica, qué tipo de proveedores elegir, qué medios de pago aceptar, qué tipo de comunicación se utilizará, cuánto personal se necesitará…
En este documento también se debe especificar el nombre, la imagen corporativa, los colores corporativos, el estilo, es decir, la definición y diseño de cómo imaginas cada uno de los detalles del negocio. Parece algo superfluo, pero incluso la elección del nombre es algo muy importante. De hecho, hay algunos trucos que puedes utilizar para acertar en algo tan importante como el nombre de tu negocio. Por ejemplo, el nombre del local debe ser fácil de pronunciar y de recordar. Haciendo un símil con la comida, el nombre debe ser de fácil digestión.
Y junto al nombre, el logotipo y los colores corporativos, así como la tipografía, son detalles que hay que tener en cuenta. Y es que, es algo que no se puede cambiar así como así. Por ello la elección debe ser pensaba, bien definida y que realmente convenza y concuerde con la oferta del local. Porque, cuando un restaurante tiene “buena imagen”, no es solo por tener un buen logo y hacer una buena labor de branding. Es que se ha labrado una reputación a lo largo del tiempo, que empieza con la buena elección del nombre, del logotipo, de la imagen, y toda su comunicación.
El plan de negocio culmina con la inversión, punto más que importante, imprescindible. Hay que contabilizar absolutamente todas las partidas, desde las licencias, a las obras, el material, las instalaciones, el diseño, el marketing y comunicación, el personal, los suministros, etc. Y es que, la inversión para montar un negocio de hostelería depende de muchos factores. Por ejemplo, la inversión será mucho menor al alquilar un local que ya está funcionando que si empieza desde cero.
Elegir bien las instalaciones y equipamiento
Las instalaciones son uno de los factores más importantes al montar un local de hostelería. No se trata solo de alquilar o comprar un local bonito y bien ubicado, hay que equiparlo correctamente.
En España existen muchas empresas de instalación de cocinas profesionales y de diseño e interiorismo de locales de hostelería. Normalmente, se encargan de todo, por lo que es aconsejable dejarse guiar por los profesionales.
Lo importante es tener claro qué se necesita, qué espacio se dedicará a cocina, a barra, a mesas, a espacio para almacenaje, a neveras, etc.
No olvidar que estamos en el siglo XXI, en la era digital, por lo que hay que instalar también todo lo que se necesita para que el restaurante sea digital. Es decir, se puede optar por máquina y equipos que ya cobren y hagan pedidos de forma digital, por ejemplo.
Seleccionar a los proveedores
Otro de los puntos muy importante a la hora de montar un negocio de hostelería es seleccionar correctamente a los proveedores. Elegir un buen proveedor es básico para que un bar o restaurante tenga un suministro de alimentos y bebidas eficaz y de calidad. De hecho, seleccionado bien se puede ahorrar mucho dinero y tiempo, y puede ser la clave del éxito de su oferta entre los comensales.
Uno de los factores que se deben valorar a la hora de elegir un proveedor es la calidad. También el servicio, la atención y la agilidad. En Maheso, por ejemplo, son factores que están en nuestro ADN. Sabemos adaptarnos a las necesidades de nuestros clientes, y damos respuestas ágiles. Sabemos que un buen proveedor no solo es aquel que ofrece el mejor precio, sino que también debe saber aconsejar al cliente y ofrecerle las mejores soluciones. Y así lo hacemos en Maheso.