Las cocinas profesionales pueden llegar a ser un lugar de trabajo peligroso, es decir, que pueden esconder algunos riesgos para la salud e integridad de los trabajadores. Y es que, es un espacio laboral donde se manipulan constantemente utensilios que pueden ser peligrosos, como cuchillos afilados, suelos resbaladizos, máquinas de corte, sustancias irritantes, o incluso los fogones de gas y los hornos.
Precisamente, el calor o el frío excesivo son dos de los elementos más peligrosos con los que los cocineros y cocineras tienen que trabajar en su día a día, y, como todos sabemos, pueden entrañar peligros para la salud.
Las superficies calientes, el contenido de los recipientes y la misma fuente de calor (estufas, hornos, freidoras…) son factores de riesgo que pueden provocar accidentes graves en las cocinas profesionales, provocando quemaduras dolorosas que pueden generar daños irreparables y marcas en la piel de por vida.
Y es que, incluso la frenética actividad que suele vivirse en estos entornos laborales es un factor adicional de riesgo. Las posibilidades de sufrir un accidente son diversas, si bien una correcta política de prevención de riesgos laborales (PRL) es la mejor fórmula para evitarlos. Esto implica que de forma permanente los trabajadores y los profesionales que trabajan en la cocina deben formarse y seguir unas pautas de seguridad. Por ello, es importante contar con el equipamiento, los elementos y las políticas de actuación necesarias.
Para evitar cualquier tipo de accidente, desde Maheso os queremos dar algunos consejos, que, aunque algunos parezcan muy obvios, nunca está de más recordarlos y tenerlos muy presentes para evitar accidentes. Veamos cuáles son:
- Utiliza ropa y calzado especial para hostelería. La ropa debe aportar libertad de movimientos y debe cubrir los brazos y las piernas. Es básico no emplear ropa holgada, ya que puede engancharse con los elementos del entorno, como las sartenes. Por su parte, el calzado tiene que ser cómodo y flexible, por las muchas horas que se pasan de pie. También han de aportar resistencia a la penetración y absorción de líquidos (que sean impermeables), máxima amortiguación y adherencia contando con excelentes suelas antideslizantes. Un buen calzado puede evitar una quemadura, pero también un buen resbalón.
- Manoplas de seguridad. Son imprescindibles para prevenir quemaduras al interactuar con los fuegos, los electrodomésticos térmicos y los fogones. Si usas un guante o agarradera para abrir el horno o para coger las asas de las ollas, asegúrate de que está seco, ya que se puede transferir calor a la humedad presente en los guantes causando quemaduras por escaldamiento.
- Orienta bien los mangos de los recipientes. Ollas, sartenes y otros recipientes siempre deben tener los manos hacia el interior de los fogones para que no sobresalgan demasiado y evitar así que se acaben cayendo o volcando por un enganchón.
- Utiliza métodos de trabajo adecuados como no mezclar agua con aceite caliente o eliminar el exceso de agua en alimentos antes de introducirlos en el aceite caliente. También se pueden utilizar tapas u otro tipo de barreras que impidan salpicaduras. Y siempre, introduce poco a poco los alimentos en los recipientes con líquidos calientes para evitar también las salpicaduras.
- Evita llenar los recipientes con líquidos calientes hasta arriba, que no rebosen nunca, y evita el desplazamiento de recipientes calientes de un sitio a otro en la medida de lo posible.
- Alerta si se usa nitrógeno líquido. En la cocina moderna el nitrógeno líquido ya es un “ingrediente” más, pero hay que tener en cuenta que puede ser muy peligroso. Se trata de un gas licuado a temperatura criogénica, incoloro e inodoro. Pero cuando está en ebullición a la presión de una atmósfera, el nitrógeno llega a una temperatura de ‐ 196o, por lo que el contacto con la piel provoca quemaduras criogénicas. Es por ello, que el equipamiento interior de los equipos y las propias muestras no deben ser tocados ni sujetados jamás con las manos desnudas. Para cualquier manipulación son imprescindibles los guantes especiales adaptados a la utilización en el entorno criogénico, incluso se recomienda el uso de pantallas o gafas protectoras, para evitar el contacto con los ojos. Y, sobre todo, nunca deben sumergirse las manos en el nitrógeno líquido, incluso estando protegidas.
- Evita las quemaduras cutáneas por exposición solar. No siempre las quemaduras son por el calor del fuego, del horno o por un líquido caliente. A veces, son quemaduras por el sol que incide en camareros y personal de sala que trabaja al aire libre. En el caso de la exposición cutánea al sol, el abanico de efectos va desde la clásica quemadura solar, pasando por el fotoenvejecimiento y la fotodermatosis, hasta ya, en casos extremos, el cáncer de piel, considerado el más frecuente del mundo. Por ello es recomendable que el personal que tenga que trabajar al sol lo haga poniéndose protector solar que le cubra manos, brazos, piernas, rostro, escote, y toda parte de su cuerpo que quede expuesta al sol. De hecho, en el ámbito laboral, el Real Decreto 773/97, considera las cremas solares como equipo de protección individual.
Y es que en la cocina profesional nunca hay que bajar la guardia. Desde Maheso, también os recordamos que hay que tener a mano siempre un botiquín y un extintor actualizados, y que la limpieza y el orden, así como el cuidado y la supervisión constante de los útiles de cocina, las máquinas y las conexiones eléctricas es primordial para trabajar con unas medidas de seguridad correctas y útiles.