Es uno de los utensilios más necesarios y utilizados en cualquier restaurante. Las freidoras profesionales son útiles e imprescindibles para poder ofrecer infinidad de especialidades, desde unas sencillas patatas fritas, unos Pop Nuggets o un buen croquetón de jamón ibérico Maheso.
Cocinar con ellas es rápido y ofrece numerosos beneficios para el hostelero, desde el ahorro de tiempo al de aceite. Pero para ello, es necesario saber qué tipo de freidora es la más adecuada, y también saberla utilizar.
El mercado ofrece una gran variedad de modelos de freidoras profesionales. Propuestas que van desde sencillas freidoras hasta sofisticados aparatos que pueden freír sin casi utilizar aceite, las denominadas freidoras de aire. Lo importante es optar por un modelo que pueda cumplir con las expectativas y necesidades de cada hostelero, y sin duda, que los alimentos que pasen por la freidora salgan crujientes y sabrosos.
¿Qué freidora interesa?
A la hora de escoger una freidora industrial o profesional es muy importante tener en cuenta las necesidades que tiene el restaurante, además de las preferencias propias. Resumiendo, hay tener en cuenta factores como:
- La frecuencia con la que vaya a usarse.
- La capacidad que se necesita (en función de si la carta del restaurante incluye muchos platos fritos).
- La potencia (para ahorrar tiempo de cocinado y energía).
- La facilidad de limpieza.
Por ejemplo, en cuanto a la capacidad, los establecimientos pequeños suelen contar con una freidora doble, de entre 5 u 8 litros por cada cuba. Los restaurantes con mayor número de comensales, las freidurías y los negocios de comida rápida, pueden llegar a utilizar cubas de 15 litros en adelante.
Respecto a la limpieza, es muy importante mantener la freidora limpia para no alterar el sabor de los alimentos y evitar una posible intoxicación alimentaria. En este punto, es recomendable usar los medidores de calidad y de temperatura de aceite, para que siempre se mantenga en buenas condiciones y el acabado de cada alimento sea el deseado.
Tipos de freidoras industriales
Las freidoras industriales tienen básicamente dos formas de calentar el aceite:
- Por quemadores a gas, que funcionan con gas propano o gas natural. Su consumo es un poco menor que la eléctrica ya que suele calentar el aceite más rápido, ofreciendo un rendimiento algo mayor. Pueden ser de mueble o de pie, diseñadas para cocinas modulares, que requieren un espacio específico para ellas en la cocina. Es necesario instalarlas bajo una campana de extracción y lejos de las máquinas de frío. También hay freidoras de gas de sobremesa, que se suelen instalar encima de las mesas inoxidables, y no necesitan mucho espacio en la cocina. Se pueden transportar fácilmente, por lo que pueden servir para empresas de catering.
- Por resistencia eléctrica, muy sencillas de instalar y fáciles de transportar, lo que resulta también una buena opción para empresas de catering. Las freidoras eléctricas de mueble mantienen mejor la temperatura que las de gas, son menos contaminantes y, según la potencia que tengan, tardarán más o menos tiempo en calentarse. Y las eléctricas de sobremesas son las más vendidas, por su fácil instalación y mantenimiento.
- Freidoras de aire, también llamadas “freidoras sin aceite”, que permiten preparar platos más saludables debido a que realizan la fritura a través de aire caliente. Funcionan a través de un sistema rotativo que reparte el aire por el interior del aparato, de forma homogénea, conservando las propiedades de sabor de los alimentos. En ellas se pueden preparar infinidad de especialidades, y es ideal para los empanados y los congelados como los de Maheso, porque se elaboran en pocos minutos sin aceite y conservando una textura irresistiblemente crujiente. Otra gran ventaja de estas máquinas es que no emiten humos ni malos olores, y son más sostenibles, ya que suelen gastar menos consumo eléctrico, y mucho menos aceite, lo que ahorra gastos al restaurador.
Algunos consejos para el uso de las freidoras industriales
Se elija la que se elija, es importante y recomendable un buen uso y mantenimiento de la máquina. Para conseguir alargar su vida, la limpieza debe ser continua. Además, se debería realizar también una revisión anual por parte del servicio técnico de la marca de la máquina.
Otro buen consejo es, como decíamos antes, controlar la calidad y temperatura del aceite. Solo de esta manera el resultado será el ideal. Además de usar medidores tipo Testo, también es bueno optar por freidoras con sistemas de filtrado de aceite. Aunque sea un poco más cara, a la larga nos hará ahorrar dinero, porque con ellas los alimentos se fríen mejor y conservan sus aportes nutricionales. Por lo tanto, el consumo de aceite será inferior y la vida útil de la freidora más larga.
Porque, en definitiva, lo importante es optar por una freidora con la que conseguiremos preparar productos como nuestro croquetón de jamón Maheso de forma ágil, rápida y con resultados excelentes tanto en la textura como en el sabor. De esta forma la experiencia del comensal será excepcional y posiblemente regresará a nuestro establecimiento.